Por Silvia C. Enríquez s.enriquez@fahce.unlp.edu.ar

En estos días terminó el dictado de nuestro primer curso, “Participar de una comunidad de práctica: colaboración y gestión del conocimiento». En sólo una semana los participantes reflexionaron en profundidad sobre estos temas, debido a que trabajaron precisamente como una comunidad. Hemos decidido plasmar ese esfuerzo en un documento final que publicaremos cuando esté concluido. Mientras eso sucede, detengámonos unos minutos a pensar en algunas ideas fundamentales que guían el trabajo de Docentes en línea, y que representan convicciones que se vieron reforzadas con la suma de los aportes de los participantes en el curso:

• Los docentes tenemos que asimilar la idea de que debemos perfeccionarnos de modo permanente en el conocimiento disciplinar, tecnológico y metodológico.
• Para lograrlo, debemos decidirnos a abandonar definitivamente una creencia que nos impide aprender: que en nuestras clases somos los únicos poseedores del conocimiento. En su lugar, deberíamos poner en práctica los postulados del constructivismo que nos dicen que somos facilitadores, y tanto alumnos como docentes somos aprendices.
• Además debemos decidirnos a tomar la iniciativa en ese aprendizaje y colaborar permanentemente con nuestros colegas, en una relación de igualdad en la que cada uno aporta lo que sabe y también lo que no sabe, que se convierte en interrogante para que el grupo aprenda y contribuya a resolver las dificultades de cada miembro. Esto implicará aceptar que hay cosas que no sabemos y no comprendemos, pero esto no significa que no estemos capacitados para enseñar.
• Las TIC ya son parte de nuestra vida diaria y de la de nuestros alumnos y por ello debemos incorporarlas a la educación, pero nunca tiene sentido emplearlas sólo por emplearlas. El uso que hagamos de ellas debe representar un mejoramiento de la enseñanza, ayudar a aprender de nuevos modos o posibilitar alguna tarea educativa que no podríamos llevar a cabo sin ellas. En otras palabras, las TIC deben servir para sumar recursos a las clases tradicionales, nunca para dejar atrás prácticas probadamente efectivas ni para hacer solamente lo mismo que ya podíamos hacer sin ellas.
• El mejor modo de aprender a enseñar con herramientas digitales es usándolas antes para aprender nosotros mismos con ellas.
• Las herramientas que vale la pena utilizar son las TAC, tecnologías del aprendizaje y el conocimiento, porque nos ayudan a aprender y luego a trabajar, enseñando con ellas.

En otras palabras, nunca tiene sentido emplear las TIC sin conocer la metodología que fundamenta y explica su uso y los motivos de su efectividad (que es muy real) en educación. A la vez, es muy difícil comprender estas ideas sin actualizar la propia formación, porque no resultan evidentes sin adentrarse en su estudio. Esta suerte de declaración de principios podría ser un buen punto de partida para que quienes se acercan a Docentes en línea comiencen a reflexionar, y también a pensar en lo siguiente: ¿por qué no transformar nuestras carencias e inquietudes en preguntas cuya respuesta busquemos juntos, nuestras dudas en un aprendizaje que nos abra nuevos caminos? ¡Los esperamos para emprender esta tarea juntos!