Por María Jimena Ponz

Parte 1

Los chicos de hoy viven gran parte de su tiempo en el ciberespacio interactuando en un mundo de acción autónomo y paralelo, tan real como la vida misma.

Los más pequeños suelen acercarse a la tecnología con la finalidad de jugar. Sin embargo, a medida que van entrando en la adolescencia, el objetivo principal es la interacción. Encuentran en las redes sociales la posibilidad de generar su perfil digital, compartiendo imágenes propias y expresándose libremente para esperar luego con ansias la reacción de sus “amigos” ante lo publicado. El reconocimiento y la aceptación juegan un rol fundamental en este proceso activo de construcción de su identidad, poniendo a prueba valores morales comunitarios que suelen tener consecuencias que van más allá del plano virtual para trascender al plano de la vida real.

Las posibilidades de la web 2.0 potencian la naturalización de la divulgación de la propia imagen, que ocupa un lugar primordial en este período de formación personal en la que el límite entre lo público, lo privado y lo íntimo se desdibuja.

Las ya no tan nuevas tecnologías de la información y la comunicación están cambiando los modos de interactuar de nuestra sociedad. Y es a raíz de estas nuevas formas de interacción que niños y adolescentes se encuentran inmersos en situaciones de violencia e inseguridad. Estas experiencias ocurren simultáneamente en ambos planos, real y virtual, y sus consecuencias los afectan física y psicológicamente.

“La violencia en el ciberespacio no se concibe como un nuevo tipo de violencia a la que se enfrentan niñas, niños y adolescentes, por el contrario, constituye un traslado de manifestaciones existentes en su entorno físico al contexto virtual. En este nuevo contexto la violencia sea cual sea su manifestación, adquiere una dimensión distinta en términos de alcance y potencial de influencia en el proceso de socialización de los y las adolescentes.” (Grillo, R, Durán, A. & Esquivel, G., 2009: 23)

Son las propias características de la virtualidad las que potencian estas situaciones de vulnerabilidad:

•        la proximidad que se genera entre personas desconocidas;
•        la ausencia de barreras geográficas;
•        el acceso indiscriminado a material audiovisual y a información personal;
•        la velocidad de intercambio de información;
•        la sensación de impunidad y el anonimato;
•        la masividad y la magnitud del impacto de una publicación y su permanencia indefinida en la web.

¿Cómo viven los niños esta realidad? ¿Conocen los riesgos a los que están expuestos? ¿Qué hacemos los adultos ante estas situaciones, como padres y como docentes?

Los invitamos a compartir sus opiniones al respecto a la espera de la segunda parte de este artículo en la que especificaremos estas situaciones de riesgo potenciadas por la tecnología.

Bibliografía

Grillo R., M, Durán A., J & Esquivel G., W. (2009) Expresiones de violencia interpersonal y social en el ciberespacio desde la vivencia adolescente: estado del arte de la investigación. Fundación Paniamor. Consultado septiembre 20, 2015 en http://pep.ieepo.oaxaca.gob.mx/recursos/multimedia/DMAI_Clicseguro/archivos/Informe_Costa_Rica.pdf