¡Tienes un mensaje! Por qué usar Telegram en el Aula. Presentando la herramienta – Parte 1 2


Por Alejandro Batista

 

La actividad docente es, ante todo, un proceso de comunicación y a diferencia de lo que era la concepción tradicional de la enseñanza, no se limita ya a una sola vía, sino que para conformar un verdadero contexto de enseñanza y aprendizaje, debemos lograr que sea interactivo y también multidireccional. Por otra parte, esa comunicación tampoco se agota o se limita únicamente al espacio del aula. Si bien esto requiere una cierta disciplina y algunos acuerdos previos con los estudiantes, actualmente tenemos la posibilidad de extender el diálogo, las consultas, el debate, etc., más allá de las paredes de la institución educativa y de los horarios de los encuentros presenciales. Para ello, las TIC nos presentan una gama muy amplia de posibilidades, y como sucede en muchos campos, la convergencia tecnológica hace que muchas herramientas sirvan para muchas funciones, pero con detalles u opciones que hacen que unas se destaquen más que otras. De allí que si bien los sistemas LMS como Moodle, las aplicaciones como Edmodo, o directamente Facebook pueden, sin dudas, colaborar en este aspecto, en esta oportunidad pondremos el foco en la mensajería instantánea. Hablar de mensajería instantánea es para muchos (fundamentalmente en Latinoamérica, pues no es así en EEUU o Europa) prácticamente sinónimo de WhatsApp. Sin embargo, la elección que aquí presentamos es otra. Se trata justamente de uno de sus principales rivales: Telegram (1); que nos ofrece las mismas posibilidades de comunicación, pero con algunas características distintivas que, a nuestro juicio, son mu relevantes y que justificarían que profesores y estudiantes nos inclinemos por ella.

Veamos. Telegram es, al igual que WhatsApp, una aplicación multiplataforma de mensajería instantánea fundamentalmente pensada para el uso en dispositivos móviles, particularmente teléfonos celulares (hoy día casi todos entran en la categoría de smartphones) que permite intercambiar mensajes de texto, archivos y video de manera inmediata entre usuarios 2. Pero al indagar un poco más allá de su funcionalidad básica, podemos encontrar diferencias importantes a tener en cuenta, fundamentalmente vinculadas al respeto y cuidado de la privacidad.  

Alias o nombre de usuario

Desde sus inicios, Telegram se ha planteado el aspecto de la privacidad de sus usuarios como un valor. Por ello, a diferencia de WhatsApp que lo incorporó recientemente, las comunicaciones en Telegram siempre han estado encriptadas de extremo a extremo. Este mecanismo técnico que utiliza claves públicas garantiza que solamente el emisor y el receptor puedan ver los mensajes, ya que, si un tercero de alguna manera intercepta esa comunicación, al estar encriptada, lo único que verá es una serie de caracteres y números, sin poder interpretarlos. Pero además de ello, el principal punto a favor de Telegram es que no necesitamos compartir —ni pedirle a la otra persona—el número de teléfono móvil para interactuar.  En efecto, si bien el usuario está ligado a un número, en Telegram podemos definir un “alias”, es decir, un “nombre de usuario”. Será suficiente con facilitar ese dato para comunicarnos con los demás usuarios. Esto es muy importante y facilita su uso en contextos más profesionales o educativos como el que nos ocupa, dado que no es necesario que el profesor ni los estudiantes divulguen un dato personal, como su número de teléfono móvil.  

Chats secreto y mensaje expirables

Otra de las características diferenciadoras en materia de privacidad es la posibilidad de poder iniciar un chat secreto con otro usuario o definir la autodestrucción de un mensaje luego de un determinado tiempo, impidiendo su reenvío o la captura de pantalla, etc. Quizá, como profesores, no tengamos necesidad de apelar a un chat secreto, pero no deja de ser una opción que tal vez, en algún contexto, pueda ser utilizada por alguno de nuestros estudiantes, quienes, de ese modo, saben que pueden usar un canal seguro y privado. Se pueden buscar otros usos para el mensaje temporal. Por ejemplo, plantear una consigna que los estudiantes deban resolver en un determinado tiempo. Hasta aquí nuestra presentación de Telegram y sus tres principales diferencias con WhatsApp. En un segundo artículo, comentaremos otras diferencias de tipo operativo y también comentaremos brevemente nuestra experiencia de uso en la Comisión 40 de “Introducción a la Sociología” en la carrera de Abogacía de la UNLP


1 Creada en 2013, superó ya los 100 millones de usuarios mensuales.

2 Aunque son similares, Telegram permite más formatos de archivos que WhatsApp y también tamaños más grandes.


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