Informaciones falsas en la red: de la desinformación a la educación digital reflexiva – Segunda entrega


La educación en línea en tiempos de Coronavirus – Parte 39

Por María Florencia Gómez

En la primera parte de este tema del mes realicé una caracterización introductoria sobre las informaciones falsas en la red, sus tipos y finalidad, y formas de distribución usuales. En esta segunda parte, revisaré algunas formas generales para identificar noticias falsas en particular, pero estas son buenas prácticas de certificación de la información, que pueden aplicarse a otras actividades en línea que realizamos de modo cotidiano como educadores y estudiantes.

¿Cómo identificar las noticias falsas?

Tal como sostienen Eugene Kiely y Lori Robertson (2016) es recomendable tomar algunas precauciones antes de tomar una información, historia o noticia como certificada y distribuirla en diferentes canales de comunicación.

Identifique la fuente de la noticia para evaluar su calidad y detectar sitios que difunden noticias e historias falsas; para ello, se sugiere revisar:

  • la url del sitio o del correo electrónico desde la que se distribuye, y chequear si pretende replicar sitios reales de noticias o de información académica o científica;
  • la misión del sitio y certificar que no indique que son noticias de ficción o historias de fantasía (sátiras); algunos sitios engañosos también indican que aportan información alternativa, siendo estas historias creadas sobre rumores o representaciones sociales de algunos grupos de la sociedad de pertenencia o de teorías conspirativas;
  • la información de contacto, donde debe proporcionar información certificable de comunicación, como números telefónicos, correos electrónicos y redes sociales y la ubicación de la central de noticias.

Evalúe el título de la publicación y analice la información general que transmite el texto antes de decidir leerlo con mayor precisión o tomarlo como fuente de información fiable.

Revise los datos del autor de la publicación y otras noticias de su autoría; en este punto es importante cotejar, también, las fotos de perfil que acompañan a las publicaciones y los datos de contacto y sitios web, blogs o redes sociales o profesionales del autor.

Analice las fuentes aportadas en el cuerpo de la publicación y chequee los enlaces aportados para respaldar la historia del artículo o publicación. Si es una noticia falsa, las fuentes no van a aportar información relevante para sustentar el relato publicado.

Verifique la fecha de la publicación, tanto de los textos como de las imágenes, puesto que, en general, las publicaciones falsas están basadas en hechos que han sucedido en otra ciudad o a otras personas.

Evalúe la información para verificar si son historias basadas en bromas, puesto que en los noticieros y periódicos también hay columnas satíricas y de humoristas dedicadas a temas de actualidad.

Revise la información contenida teniendo presente que puede apoyar sus ideas previas sobre la cuestión que desarrolla el texto, pero no por eso la hace más fiable, es decir, realizar un autoanálisis para saber si es un sesgo en su lectura personal sobre un tema.

Consulte en sitios de verificación de datos y expertos en noticias falsas, para saber si ya han certificado la realidad o falsedad de la información contenida en la noticia o publicación dudosa. En los sitios de verificación de datos se publican los textos completos de mensajes engañosos y se explica de modo sintético cuáles son los puntos críticos cuestionables.

Además de estas recomendaciones, se sugiere que consulte la misma noticia en otras fuentes de información fiables y evalúe la calidad de la información contenida en varias publicaciones diferentes sobre el mismo asunto. Este ejercicio permitirá identificar, también, distintas perspectivas y lecturas sobre un mismo acontecimiento.

Asimismo, hay otras pautas generales para evaluar una falsa alarma (hoax o bulos) como las siguientes: están escritas por un autor anónimo o–en el otro extremo–por un profesional destacado o alguien en un rol superior, p. ej. ”Secretario General del FMI”; presenta signos de exclamación excesivos, letras mayúsculas (suponen gritar en el ecosistema digital) y errores ortográficos y de edición evidentes; argumenta sobre la veracidad de la información con un «¡Esto NO es un engaño!»; adjunta cifras y datos numéricos de organismos de renombre sobre un cierto hecho, pero sin dejar enlaces a los informes consultados; contiene fotos editadas o borrosas, incluso fotos de lugares y personas que no se corresponden con la información de la publicación o de acontecimientos que ya han sucedido en otros momentos; y finalmente, enlaces a fuentes que no respaldan completamente las afirmaciones realizadas.

En la última publicación de este tema del mes revisaré algunas experiencias educativas con las informaciones y noticias falsas. Los invitamos a dejar sus comentarios sobre este artículo y, para continuar con la revisión de los temas comentados, sugerimos las siguientes lecturas sugeridas y bibliografía consultada:

Imagen de la infografía de IFLA en wikimedia: Archivo: ¿Esta noticia es falsa? (Cómo detectar noticias falsas) .jpg

Federación Internacional de Periodistas ¿Qué son las fake news? Guía para combatir la desinformación en la era de post verdad? https://www.ifj.org/fileadmin/user_upload/Fake_News_-_FIP_AmLat.pdf

Fernández-García, Nuria. (2017). “«Fake news»: una oportunidad para la alfabetización mediática”. Rev. Nueva Sociedad No  269, mayo-junio de 2017, ISSN: 0251-3552. Recuperado de: https://nuso.org/articulo/fake-news-una-oportunidad-para-la-alfabetizacion-mediatica/

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