Comunicación educativa, institucional, interpersonal


La educación en línea en tiempos de Coronavirus – Parte 43

Por Silvia C. Enríquez

Existe la idea de que, sin clases presenciales, nos quedamos sin educación de calidad porque la enseñanza virtualizada “no es lo mismo”, es decir, es inferior. La realidad es que la pandemia generó la necesidad apremiante de que se hicieran cargo de esta situación docentes que no tienen por qué saber dar clases virtuales, dado que trabajan en niveles educativos que jamás habrían adoptado esta modalidad en otras circunstancias. En cambio, sí deberíamos haber aprendido más, antes de marzo de 2020, sobre aprendizaje mixto. Esto habría hecho ese trabajo mucho más llevadero y eficiente. Pero la carencia o limitación, en muchos países, de políticas públicas que garanticen la capacitación del personal directivo y docente (graduado o en formación) en el empleo de tecnología causó que la tarea de adecuar la educación a las circunstancias de aislamiento fuera extremadamente ardua y, es verdad, no siempre diera resultados de calidad. Aunque, por supuesto, puede y debe darlos.

Sin embargo, se hizo, y se sigue haciendo, lo mejor que se puede. Millones de docentes continúan esforzándose para aprender, diseñar y mejorar materiales virtuales, pero ese empeño, en parte, no es apreciado porque no es comprendido, aun ahora. Para remediar esta situación y, en consecuencia, poder llevar tranquilidad a quienes creen estar perdiendo la oportunidad de educarse adecuadamente, debemos explicar al alumnado y sus familias las características de la educación virtualizada. En particular, insistimos una vez más, es preciso hacer notar que la enseñanza virtual no se basa en dar “clases” como las presenciales pero por videoconferencia, y que los materiales audiovisuales o escritos que enviamos no son una tarea enviada para “salir del paso”, sino material especialmente diseñado con dedicación, que cumple una función equivalente a lo que haríamos en el aula.

¿Cómo explicamos?

Al comenzar un curso en la virtualidad, debemos proceder como en las clases presenciales: presentar a los participantes, explicar los objetivos y la metodología de trabajo del curso y agregar cualquier otra información que resulte relevante. También es imprescindible describir el funcionamiento de los espacios virtuales o asegurarse de que todo el mundo lo comprende, y dejar claro cuáles son los canales de comunicación con la institución educativa cuando no sea posible acudir personalmente. Este mejoramiento de la comprensión es, en síntesis, un mejoramiento de las condiciones de aprendizaje.

Es preciso recordar que quienes debemos explicar todo esto claramente somos el personal directivo y docente, simplemente porque esto siempre es parte de nuestra función. Asumir esta responsabilidad desde el principio ahorra trabajo, aunque pudiera parecer lo contrario, porque elimina la necesidad de responder un sinnúmero de preguntas y, sobre todo, evita fricciones innecesarias. Además, claramente, es indispensable para brindar una educación de calidad. Por ello, es importante que revisemos nuestro modo de comunicarnos, para asegurarnos de que nunca dejamos vacíos de información que hagan que las y los estudiantes tengan la sensación,  según comentarios que hemos recibido de bastantes padres y madres, de que deben “arreglárselas por su cuenta” o recurrir a una persona adulta para entender lo que deberíamos haberles explicado o enseñado y, así, poder resolver la tarea.

¿Qué debemos comunicar y cómo?

La madre de una adolescente nos comentó que el único mensaje que su hija recibió el primer día en una clase virtual fue: “Buenos días, soy la nueva profesora de música. Aquí tienen la primera guía de trabajo”. No creo equivocarme al decir que nadie comienza así un curso presencial y esto, seguramente, es suficiente para comprender qué debemos transmitir en las clases virtuales. Repetimos: es necesario comunicar todo lo que también diríamos cara a cara en el aula, además de la información específica sobre la implementación de las clases virtuales. Distintas personas dentro de cada institución necesitarán explicar cuestiones administrativas, organizativas y, por supuesto, pedagógicas. En la próxima entrega analizaremos de qué modos se lo puede hacer.

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