Farmacéuticos… ¿Hacia dónde vamos?

Autora: Carolina Colavita

Si miramos a lo largo de los años, podemos ver que el rol del farmacéutico se ha ido modificando. En un inicio, éramos profesionales reconocidos como elaboradores de formulaciones; luego, pasamos a ser meramente dispensadores de medicamentos. En los últimos tiempos se ha observado que, si bien los pacientes no están correctamente asesorados acerca de nuestras incumbencias, cada vez son más los que acuden a nosotros en busca de información, aceptándonos como profesionales de la salud y teniendo en cuenta nuestros consejos.

Esto nos indica que nos estamos acercando a una nueva era, la cual está centrada en la Atención Farmacéutica.

Durante nuestro paso por la facultad, notamos que se está poniendo cada vez más énfasis en estas cuestiones, y nos han inculcado la necesidad de hacernos valorar, de darnos a conocer y de generar en los pacientes la confianza suficiente para que ellos puedan sacar provecho de nuestros conocimientos y aptitudes.

Sin embargo, quienes recién nos estamos insertando en el mundo de la profesión farmacéutica, encontramos que aún nos faltan herramientas, ya que la Farmacia se encuentra en un estado de transición hacia la Atención Farmacéutica y todavía se están determinando los parámetros a tener en cuenta.

Parte de este nuevo enfoque se centra en el seguimiento Farmacoterapéutico y la detección de interacciones entre medicamentos entre sí, o con alimentos.  Si bien nos están formando para llevar la profesión a este nivel, cuando nos paramos por primera vez detrás de un mostrador y el paciente delante de nosotros nos realiza una consulta, muchas veces no sabemos qué responder. Pero esto no se debe a que no contamos con los conocimientos necesarios, sino a que no sabemos filtrarlos y organizarlos para responder a una necesidad específica. Además, nos encontramos con que el paciente no nos otorga la información necesaria, y cuando nos disponemos a interrogarlo, puede sentirse invadido y no siempre contestar con la verdad.

Entonces, ¿cuál es la solución? Necesitamos adquirir cierta experiencia antes de pararnos frente a un paciente, saber cómo hablarle y cómo generarle una confianza en nuestra profesión. Tenemos mucha teoría, pero necesitamos la práctica.

Pero, ¿cómo incorporamos la Atención Farmacéutica? ¿Por dónde empezamos? Debemos ser conscientes de que la población no está familiarizada con este tema, por lo cual en un inicio es necesario informar. Por otro lado, ¿será un servicio gratuito, asociado a la dispensa, o podremos realizarlo de forma independiente, como una actividad rentable?

Lo primordial es demostrar que somos capaces de mejorar la calidad de vida de las personas mediante este servicio, comenzando a prestarlo de forma gratuita hasta que hayamos sentado las bases de esta actividad.

Por otro lado, hay competencias que los farmacéuticos hemos perdido, debido en parte al avance de la tecnología, y en parte a la escasez de tiempo con que contamos, ya que nos han sobrepasado las cuestiones administrativas. Una de ellas es la producción de Formulaciones Magistrales.

Como alumnos, la facultad nos brinda la posibilidad de participar de proyectos de extensión tales como Magistrales, Unidad Productora de Medicamentos y grupos de investigación sobre distintos temas. Pero estas actividades muchas veces están poco difundidas, y se suma el hecho de que los estudiantes no disponemos del tiempo suficiente para realizarlas. Además no son obligatorias, por lo cual deberíamos buscar la manera de incorporarlas al plan de estudios, a elección del estudiante, ya que complementarían nuestra actividad profesional, sea cual sea el ámbito en que nos desarrollemos.

Si bien estamos en medio de una transformación de la profesión farmacéutica, hay algo que no cambió: en cuestiones económicas, aún estamos sujetos a los márgenes de comercialización. No podemos desarrollarnos como farmacéuticos independientes en todos los aspectos, ya que estamos atados a las obras sociales, y principalmente a la industria farmacéutica.

Por lo tanto, una alternativa viable para mejorar la situación económica es comenzar a facturar por los servicios que podemos prestar gracias a nuestros conocimientos. Además, dedicaríamos parte de nuestro tiempo a estas cuestiones, recuperando parte de nuestra profesión perdida.

Concluyendo, debemos ver que el cambio es nuestra responsabilidad. Los nuevos farmacéuticos somos quienes debemos hacernos cargo de esta situación, utilizando las herramientas que nos han brindado y buscando nuevas.

No debemos perder de vista nuestra verdadera profesión: mejorar la calidad de vida de los pacientes. Y, para eso, debemos estar dispuestos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance.

DIALOGO ABIERTO:

¿Cómo nos involucramos los farmacéuticos para el logro de este cambio de paradigma?
¿Debemos cambiar el paradigma o debemos quedarnos como estamos?

Puedes expresarlo a través de los comentarios

Información sobre la Autora: Farmacéutica de reciente graduación, egresada de la UNLP. El contenido de esta nota proviene de su disertación en el marco de  la “Jornada Platense de Actualización e Integración Farmacéutica” como participante de la Mesa redonda “La profesión Farmacéutica hacia el 2020”.

2 thoughts on “Farmacéuticos… ¿Hacia dónde vamos?

  1. Es verdad que los cambios están ocurriendo, pero también es verdad que no es una novedad.
    Por un lado los cambios nos complican un poco la rutina diaria, pero por otro lado nos obliga a crecer y mejorar cada día.
    También creo que la inserción en el sistema de salud, solo depende de nosotros y de responsabilidades asumidas tal como lo manifiesta la colega, pero solo vamos a poder lograrlo DEMOSTRANDO que somos necesarios e irreemplazable, por eso las jornadas y actividades entre colegas son sumamente necesarias para poder capacitarnos, actualizarnos y estar a ritmo sin que los cambios nos tomen por sorpresa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *