La radio en la era de las redes sociales

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La radio hoy es multimedial. La posibilidad de sintonizar mediante una PC la señal digital de una emisora, abre nuevos paradigmas sobre la producción radiofónica, su alcance, sus modos de recepción y fundamentalmente de participación de las audiencias.

Las redes sociales han modificado y enriquecido el rol tradicional de los oyentes. Cambia su condición en tanto tienen más y mejores posibilidades de interacción y respuesta. La inmediatez y gratuidad de un mensaje en Facebook o Twitter y su multiplicación simultánea, supera ampliamente la intervención mediante un mensaje telefónico.

Pero la radio fue tecnología desde el minuto inicial, y los cambios tecnológicos la han atravesado siempre. La aparición de las llamadas Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (NTIC) imponen un nuevo paradigma simbolizado por Internet y caracterizado como impactante en términos de su alcance social, económico, cultural y educativo.

El surgimiento de la sociedad red, según lo describía Manuel Castells[1] hace más de una década, marcó el comienzo de la Era de la Información. Esta revolución tecnológica se caracteriza por su capacidad de penetración en todos los ámbitos de la actividad humana y por el procesamiento del conocimiento, de la información y la comunicación.

La tecnología es territorio de disputa de diferentes marcos ideológicos donde se definen proyectos y usos sobre los dispositivos e imaginarios de la técnica. Dichas tensiones inciden en los parámetros de la organización laboral y la vida cotidiana, e impactan en los vínculos que las personas construyen con los medios.

El lenguaje hipermediático sostenido sobre la convergencia de tres soportes, la imagen, el texto y el sonido, recaracteriza la noción de destinatario ubicándolo como usuario y replantea las exigencias de producción a partir de las  transformaciones que el cambio de paradigma tecnológico ha instituido en el sistema de medios.

La masificación del uso de las tecnologías de comunicación e información (TICs) en la actualidad ha penetrado cada una de las actividades de los individuos. Cada una de las acciones que realizamos está mediada por las TICs.

Los trabajadores de todos los ámbitos han incorporado en sus procesos de producción las TICs. Las empresas, la educación, el comercio, los medios son sólo algunas de las profesiones que agregaron las TICs a sus prácticas laborales habituales. Así, la web e Internet propiciaron una transformación en la manera en que las noticias se producen, se presentan y se consumen.[2]

Hoy la radio forma parte de los medios y servicios que se desarrollan en Internet. La ciberradio recoge las aportaciones de la radio tradicional y la modifica para convertirlas en productos diferentes, en unos casos mediante la apertura a la navegación, enlaces e interactividad y en otros mediante diversas fragmentaciones para que los usuarios accedan de manera aislada. La orientación es hacia ofertas específicas y distintas de la radio tradicional.

En ese sentido, Internet se ha convertido en una plataforma que atraviesa transversalmente a todos los medios y los ha imbuido de sus elementos. Internet recoge los componentes de todos los medios de comunicación anteriores, ya sean escritos, auditivos o audiovisuales. A la vez, los integra con tratamientos nuevos y los incorpora como elementos propios: Así sucede con la interactividad, la hipertextualidad y la navegación.

El auge del uso de las redes sociales en el mundo desarrollado ha provocado que los medios de comunicación centren su interés en ellos. En Argentina, las radios más importantes, pero también las otras de baja potencia han creado sus propias páginas en las redes más visitadas y han incluido la opción de que los usuarios compartan sus contenidos a través de las propias redes sociales.

Esta nueva situación plantea no sólo un análisis básico de la repercusión que la aplicación de redes sociales supone para los medios, sino también una planificación sobre  cuáles utilizan y con qué finalidad.

Las redes sociales son según Orihuela[3] “servicios basados en la web que permiten a sus usuarios relacionarse, compartir información, coordinar acciones y en general, mantenerse en contacto”.

En todos los casos lo que predomina es la construcción de la identidad en la nueva red. Incluso existe una equivocada aplicación del término de redes sociales, ya que en este caso se tratan más de servicios que de redes sociales. Pero también son una prolongación de las relaciones personales en la vida real, donde se forman comunidades como la familia, el colegio, o los compañeros de trabajo. Es decir, esas uniones se han trasladado a la red con estas nuevas herramientas.

La web 2.0 y sus sucesoras no son nuevas tecnologías, sino que remiten a la evolución de la participación del público en la red. A ello se une la mejora de los equipos domésticos, con mayores prestaciones, que permiten que la gente pueda editar contenidos audiovisuales con mayor facilidad.

Por lo tanto, el sitio web tradicional ha ido evolucionando hacia otros formatos según el desarrollo tecnológico producido y el acceso de la sociedad a estos sistemas. Este fenómeno corresponde a la  “era de la participación”, integrada en el Nuevo Entorno Tecnológico (NET) y en relación al periodismo, impulsa el concepto de Periodismo 3.0, que es la sociabilización de la información por los ciudadanos a través de medios digitales.

La participación ciudadana en las redes sociales es masiva y seguirá creciendo, según las estimaciones de la totalidad de los analistas. Compartir información es parte de las necesidades básicas de socialización, y la web 2.0 abrió a los periodistas esa posibilidad.

Redes-Sociales-2017

  • En 2019 más de 2167 millones de personas están en Facebook
  • Más de mil millones son usuarios activos de Instagram
  • Existen 336 millones de usuarios en Twitter
  • Más de 500 millones de personas tienen su perfil en Linkedin

Según Newspaper World Report, los dispositivos móviles son la principal fuente de acceso a la red, lo que implica que los periodistas deben tomarse en serio su intervención en las redes sociales, Facebook, Twitter, Instagram, etc.

En julio de 2018 Facebook contó con cerca de 2.196 millones de usuarios activos en un mes. Cuando se usa Facebook de forma adecuada en la estrategia de Social Media Marketing, se logra generar un importante tráfico de audiencia de valor para la marca hacia el sitio web. Esto obliga a los responsables de las redes sociales en las empresas a incluirla en las estrategias de Social Media Marketing, independiente de su tamaño, categoría y audiencia.

De acuerdo con el estudio de WeAreSocial y Hootsuite, el 43% del alcance potencial de los anuncios de Facebook son mujeres y el 57% son hombres. El 35% de la audiencia es menor de 25 años y más de un 90% acceden a través de dispositivos móviles. Lo anterior hace importante que todos los enlaces desde esta red social al sitio web o tienda electrónica deben tener buena experiencia de navegación en este tipo de dispositivos.

Instagram tiene más de 1.000 millones de usuarios activos en un mes. Esta es la red social con mayor crecimiento, ha logrado  logrando duplicar el número de usuarios en solo dos años. A diferencia de Facebook, Instagram no permite generar tráfico hacia el sitio web, sin embargo se debe incluir en la estrategia de Marketing en Redes Sociales debido a su importante crecimiento y a que permite acercar tu marca a su audiencia.

Twitter cuenta con más 336 millones de usuarios activos en un mes. Esta red social es una de las que tiene un crecimiento más lento, sin embargo se vuelve indispensable para la estrategia de social media marketing debido a varios aspectos:

  • Su fortaleza en la información en tiempo real.
  • Se puede convertir en el medio de comunicación oficial de las marcas.
  • Es una red social que es mayoritariamente pública lo que permite que a las marcas realizar escucha social a través de ella.
  • Los usuarios de Twitter por rango de edad difiere de manera importante con Facebook e Instagram destacándose el importante acceso de personas en el rango de 35 a 49 años.

 

En tanto, en Argentina Twitter se ha convertido en uno de los canales de información y comunicación preferidos por los internautas en los últimos años.

Por su parte, LinkedIn sigue creciendo, cuenta con 294 millones de usuarios activos en un mes y más de 500 millones de usuarios registrados. Esta red social  orientada a grupos profesionales, también ha tenido un importante crecimiento en el último tiempo y ha evolucionado en los últimos años pasando de ser un canal de social media de reclutamiento a una donde se comparte información de valor agregado de las diferentes profesiones. Es importante destacar que hay 5 países de América Latina entre los 19 países con más usuarios de LinkedIn del mundo. Argentina se ubica en el puesto 14.

La historia de la profesión periodística es indivisible de la evolución de las tecnologías de la información y comunicación. Hay una reformulación profunda de rutinas periodísticas profesionales que se han complejizado y exigen comprender más temprano que tarde que las audiencias han dejado paso a los usuarios, y que participan activamente en todo tipo de redes sociales con las que los medios tendrán que integrarse y aprender convivir.

Las redes sociales son inseparables del ejercicio periodístico porque son fuente de noticias.

Es importante reflexionar sobre la idea de que la primicia está en Twitter y ningún medio puede ganar esa carrera, además de que las redes sociales aportan multiplicidad de voces y fuentes que el periodista debe saber trabajar para que su contenido sea más creíble.

Por otra parte,  son un excelente canal de distribución de información y de búsqueda de nuevas historias. Más que ser una competencia, hay que ver las redes sociales como un complemento.

Los periodistas de hoy no podemos estar fuera de las redes sociales, como tampoco podemos dejar de salir a la calle, simplemente porque la gente está allí, en los espacios reales y virtuales. Gran parte de las  audiencias están en esas redes. Es necesario promocionar nuestros contenidos y conversar con los oyentes.

Además constituyen un aporte importante en la búsqueda de nuevas historias, permiten la creación de una red de contactos, nos facilitan el acceso a las alertas de última hora, el monitoreo de tendencias, y sobre todo porque la noticia no termina con la publicación, ya que permiten revisar los comentarios posteriores de las audiencias.

A través de ellas no sólo se pueden difundir mensajes a muchas personas en tiempo real, sino también establecer un contacto directo con una audiencia que hasta hace muy poco estaba más limitada para publicar en el papel, acceder a la radio o participar en la televisión.

Resulta necesario crear la figura del “editor de redes sociales” la cual abrirá la oportunidad de tener un uso serio, responsable y eficaz de este tipo de aplicaciones.

Los medios de comunicación evalúan las plataformas posibles de difusión más aceptadas y han entendido principalmente a las redes sociales como un medio de difusión y distribución. Esto ha fomentado aún más los procesos de convergencia en las redacciones y en la distribución multiplataforma, donde predomina el enfoque de la demanda del consumidor. Ahora las audiencias activas se caracterizan por la fragmentación y la especialización.

Las redes sociales no son medios de comunicación, aunque sí son un nuevo canal de distribución que permite enlazar sus contenidos en función de lo que publique la audiencia.  Cada usuario configura su perfil propio o bien participa en una puesta en común interactiva para crear la portada de la red. Esta opción está en línea con el concepto de self media o periódico personalizado, en el sentido de que pueden ver contenidos que ellos han seleccionado.

A partir de su irrupción, las redes sociales se constituyeron en fuentes no convencionales de información, como Facebook, Twitter, youtube, blogs, etc.  Esto cambió básicamente dos aspectos fundamentales en el proceso de la comunicación: Los modos de producción y los modos de recepción.

El rol de las audiencias y sus posibilidades reales de participación han variado de manera notable, porque los usuarios pueden generar información, asumir cierto protagonismo y posicionarse virtualmente. A través de las redes se establecen conversaciones que pueden superar y trascender los contenidos que se están emitiendo al aire y que oportunamente oficiaron como disparadores del diálogo.

Desde el punto de vista del proceso de producción, los usuarios/oyentes se constituyen en nuevas fuentes de información, que publican contenidos y manifiestan todo el tiempo sus intereses.

Además las redes son una herramienta muy eficaz a la hora de determinar eficazmente el perfil de las audiencias. A través de su participación, podemos identificarlos y conocer a que grupo etario pertenecen, dónde viven, que intereses políticos, musicales, artísticos y deportivos tienen, su ubicación territorial, etc.

Hoy sabemos mucho más de nuestras audiencias, o al menos de ese segmento cada vez más nutrido que tiene activa participación en las redes. Y este conocimiento será muy útil y utilizado a la hora de construir las agendas temáticas de las producciones radiofónicas.

En la década del noventa, asistimos al nacimiento de un nuevo tipo de radio, que permitió no solo escuchar lo que pasaba en el mundo, sino hacerlo con calidad de disco compacto y en el mismo momento que la emisión salía al aire, en su país de origen.

La situación cambió por la accesibilidad a las computadoras hogareñas, el surgimiento de nuevas tecnologías que se pusieron al alcance de gran parte de la gente y la integración tecnológica de distintos medios (como Internet, radio, y TV) que dieron la posibilidad de producir, emitir y escuchar radio de otra forma. No tenemos que sentarnos frente a un aparato que solo admite la recepción de una emisora de radio, sino frente a un ordenador que permite escuchar radio, ver TV, jugar, chatear o navegar por Internet, y todo a la vez.

Facebook, Twitter y Linkedin se han convertido en una excelente fuente periodística. Mandatarios, políticos, deportistas, personalidades de la economía, la cultura o los espectáculos y gente corriente y organizaciones y asociaciones de todos los ámbitos se abren cotidianamente a las redes, a veces sin el asesoramiento de profesionales que les orienten acerca de lo que deben explicar y sobre cómo, cuándo y dónde hacerlo.

Por eso es cada día más necesario pensar un nuevo rol para los productores y/o editores que deberán incorporarse a las gerencias de contenidos en los medios de comunicación. Vivimos en la era de las redes sociales y los medios las han integrado de formas y con velocidades muy diversas. Las tradicionales herramientas que conformaban los espacios de intercambio y diálogo han dado paso a plataformas y recursos propios de la web 2.0. Su presencia responde a diferentes estrategias, pero sobre todo al propósito de mantener trato directo con las audiencias.

Ahora bien, la inclusión de este tipo de herramientas no debe interpretarse como una garantía de apertura o participación, ya que en muchas ocasiones los cibermedios no aportan ningún feedback a las intervenciones de los usuarios.

La tendencia apunta hacia un incremento de los espacios de comunicación que conviertan el consumo de información en una experiencia social.

Obligados a una convivencia que deparará interesantes sinergias, muchos cibermedios han actuado en los últimos años para posicionarse en torno a una red social.

La actual variedad de redes posibilita que los medios hayan acudido a la que más se ajusta al perfil de su audiencia. Los ciberdiarios, por ejemplo, han sabido ganarse su espacio en Twitter, en gran medida porque constituye un privilegiado soporte para contar noticias de última hora o historias en directo.

En el caso de la televisión, las cadenas se han posicionado principalmente en YouTube, aunque la tendencia está cambiando. El televisor ha sido sustituido por el móvil o la tableta. Las series y programas del prime time ya no se ven en solitario, se comentan en vivo con miles de televidentes a través de las redes sociales. Los tuits se suman ya a las cifras de audiencia que condicionan la popularidad de series y realities, y sirven como indicador de lo que funciona entre el público.

La participación desempeña un papel destacado también en la radio. Si bien el teléfono sigue siendo útil para impulsar la participación, cada vez más las redes son imprescindibles. Facebook es aquí la mejor aliada para crear comunidades donde compartir preferencias por un mismo programa.

El debate sobre el papel de las redes sociales ha llegado a las redacciones, no sólo para afrontar un nuevo tipo de fuentes o para redefinir el papel del medio como gestor y mediador de contenidos en la web, sino también para verificar que los usuarios se han hecho más visibles y que están más cerca de los contenidos.

Ignacio Ramonet plantea en su último libro[4], que el advenimiento de las nuevas tecnologías ha provocado una verdadera “conmoción” en los medios de comunicación, y sostiene que “el impacto del meteorito “Internet”, es comparable al que hizo desaparecer a los dinosaurios”.

Frente a este cambio radical en el ecosistema mediático, “la práctica periodística debe ser reconstruida y reinventada porque el ADN de la información ha cambiado y hay que cambiar el ADN de los periodistas”.

La “conmoción” no sólo tiene lugar en la prensa escrita sino también en la radio y la televisión. Las audiencias no crecen, los resultados comerciales arrojan pérdidas y los mejores periodistas emigran al documental. Estamos en presencia de un cambio de paradigma, de una verdadera revolución, que ocurre “con violentas aceleraciones y pausas frecuentes”.

La información, dice Ramonet, ya no circula en espacios tradicionales, cerrados y controlados, propios de las agencias, diarios impresos y noticieros de radio y televisión sino que toma la forma de un “fluido que circula en segmentos abiertos por la Red casi a la velocidad de la luz”.

Los “web-actores” completan o reinterpretan las noticias en un trabajo de inteligencia colectiva en “progreso constante”. La producción de la era industrial con “obreros especializados”, tan propia de los medios tradicionales, ya no funciona. El producto completo y final de ese modelo productivo dejó de existir. Lo que ahora hay es “una noticia en bruto” que se lanza “para después corregirla, modificarla o enriquecerla de forma permanente y en cualquier momento”.  Se trata de un “work in progress” y ya no un producto terminado.

El Internet no es un medio de comunicación sino como lo plantea Jeff Jarvis, profesor de periodismo en la City University de Nueva York, “es una sociedad, un espacio donde podemos conectarnos con los demás”.

El modelo de negocio de los medios tradicionales ya es obsoleto. Como resultado de esta revolución, “la audiencia de la prensa escrita nunca ha sido tan importante”. Ramonet ofrece información precisa y abundante, para afirmar que nunca en la historia se había leído tanto los periódicos, pero ya no en el papel.

La novedad del cambio de paradigma, ahí está el papel y el soporte de las nuevas tecnologías, es que las personas que acceden a los contenidos de los periódicos o de la radio y televisión “quieren a su vez que se les lea y se les escuche”.

La tesis central de Ramonet  es que “la información ya no circula en un solo sentido. La lógica “vertical” que caracterizaba a la relación entre los medios de comunicación y los lectores es cada vez más horizontal y circular”.

La radio desde sus comienzos ha incorporado, sintetizado y asimilado la aparición de las llamadas “nuevas tecnologías”. Lejos de debilitar su condición, la enriquecen y fortalecen su capacidad de llegada y penetración. La radio de siempre, readaptada una vez más, permeable a los cambios y más participativa que nunca.

Notas

[1]Manuel Castells,  “La era de la información”, Ed. Siglo XXI editores, 1999.-

[2] «Periodismo Digital: Convergencia, redes y móviles» Cuarto Foro Internacional de Periodismo Digital. Rosario Junio 2014. «Irrupción de las Tics en las relaciones laborales dentro de los medios de comunicación», Juan Pablo Sarkissian.

[3] Orihuela, J.L. “La hora de las redes sociales”. Nueva Revista, nº 119. 2008.-

[4] Ignacio Ramonet. “La explosión del periodismo: Internet pone en jaque a los medios tradicionales”, Ed. Capital Intelectual. Buenos Aires – 2

 

«LA RADIO EN LA ERA DE LAS REDES SOCIALES» Documento de cátedra. Sonia Negrin, Prof. Adjunta del Taller de producción de contenidos de narrativas sonoras y radiales. Perio. UNLP 

 

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