Tiempo y espacio de lectura Blog de construcción colaborativa con lecturas literarias, recomendaciones, citas e informaciones

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¿Qué libro regalarías …?

Qué libros regalar el próximo solsticio:
Antes que nada, consideremos que un libro regalado en Navidad no será leído en esas fechas. Probablemente tampoco en Año Nuevo, por lo que podemos prescindir de la temática alusiva a esos festejos.
El más posible entre los destinos de ese obsequio encuadernado resulta ser la famosa «lectura de verano». Por lo tanto, apuntemos menos a los textos clásicos (a menudo viejos pendientes que la persona regalada ya debe tener en lista de espera) y más a las lecturas ágiles de la novedad. Lecturas inesperadas, refrescantes, que serán disfrutadas bajo la sombra protectora del verde, o sobre el amarillo circundante de la arena. También, como hacemos algunos, en la penumbra hermética de la casa que quiere mantenerse fresca. Otras lecturas de verano se van en asientos de transportes turísticos, y por qué no en los tiempos muertos de los primeros trámites del año.
Dentro de esas realidades, que invitan a lo ingrávido, bien podría convidarle a alguien «Diccionario Sinfónico», un libro de Ernesto Alaimo que no puede acusarse de pesado. De páginas breves y palabras dinámicas, su lectura se escurre por los suelos calientes que atravesamos entre las fiestas del solsticio y el siguiente equinoccio.
Cásper Uncal

¿Qué libro regalarías para Navidad? Poesía Reunida de Adélia Prado, traducción de José Ioskyn, Griselda García Editora, 2019.

El porqué de dicho regalo:
Porque Adélia Prado representa tal vez la voz poética más reconocida de Brasil en la actualidad. Dueña de una individualidad poderosa que no busca encasillarse, desde sus primeros textos habla del lugar en el que nació: su ciudad, Divinópolis, ajena a los centros donde se tramita la literatura canónica. Parte del placer de leerla es el hecho de que su poesía levanta la pesada inhibición occidental sobre el cuerpo, sin ser abiertamente liberal o sensual. El cuerpo en la poesía de Adélia Prado festeja la vida. Su poesía es concreta, pero no en el sentido del movimiento poético, sino en el de la voz de una mujer encarnada que vive su tiempo. Es femenina, sumamente femenina, tierna, inasible. Pero también es masculina, como ella misma dice, al abordar el acto de creación: “Cuando escribo soy un hombre”.

Para comprar por internet: https://articulo.mercadolibre.com.ar/MLA-800424519-poesia-reunida-adelia-prado-griselda-garcia-editora-_JM

Antonio Lomeu

La literatura, enfermera de noche

En mi mesita de luz de aislamiento, tengo la última novela de Hermann Hesse: El juego de los abalorios. Escrita en 1943, fue su última obra antes de recibir el premio Nobel en 1946, y en realidad su última publicación extensa hasta su muerte en 1962.
Libro raro, curioso, extraño: se sitúa en el siglo XXV, en un lugar o no lugar: Castalia, la provincia de los elegidos para desarrollar este misterioso juego que consiste en reunir los saberes como cuentas de un collar, creando nuevos temas y relaciones. La historia se centra en uno de sus Magister Ludi, Joseph Knecht, cuya vida, como los abalorios, se engarza en episodios en relación con la Orden de Castalia.
Libro escrito en pleno auge del nazismo, por un autor que ha debido exiliarse en Suiza, sorprende por su minuciosidad y detallismo tan desgajados de su contexto de producción. El círculo entre escritor y lector se completa: sumergirse, escribiéndolo, en las aguas de los saberes de Castalia para pensar en un juego de abalorios (pequeñas esferas, de plástico o vidrio) cuando el mundo real se está desangrando alrededor entonces, equivale a olvidarse, leyéndolo, de la pandemia, la incertidumbre y la hostilidad del afuera hoy.
Como una enfermera de noche que acompaña la dolencia sin mentirnos, la novela analgésica nos desapega de la quietud y nos invita a trascender con ilusión hacia algún peldaño superior o quizás montaña. Como lo escribe su protagonista:

“Debemos ir serenos y alegres por la Tierra,
atravesar espacio tras espacio
sin aferrarnos a ninguno, cual si fuera una patria:
el espíritu universal no quiere encadenarnos:
quiere que nos elevemos, que nos ensanchemos
escalón tras escalón. Apenas hemos ganado intimidad
en una morada y en un ambiente, ya todo empieza a languidecer:
sólo quien está pronto a partir y peregrinar
podrá eludir la parálisis que causa la costumbre”

Volumen 30 de la Biblioteca personal de Jorge Luis Borges, ojalá, como él deseaba, haya sido yo la lectora que este libro estaba esperando.
GP