CLASE 2. 8 de abril

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El principio de autoridad, del imperio de la religión al de la razón. Liberalismo y positivismo.

Consigna de análisis:

Caracterizar en tres palabras a la escuela moderna hegemónica positivista que se inicia con la conformación del Estado nacional argentino.

(No enviar por correo, las compartiremos en la clase del 15|04|21)

Lecturas:

>> Dussel, I. (2001). ¿Existió una pedagogía positivista? La formación de discursos pedagógicos en la segunda mitad del S XIX (pp. 53-63, 72-73 y 86-89). En Pineau, P. Dussel, I. y Caruso, M., La escuela como máquina de educar. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Guía de lectura

Aclaración del paginado: los apartados que quedaron por fuera de la selección son importantes para la comprensión general del contexto positivista, pero no forman parte del eje de abordaje que proponemos para la materia. Pueden considerarlos en una lectura integral del artículo sin detenerse en ellos de un modo exhaustivo.

  • Recuperar los principales elementos del positivismo como movimiento intelectual hegemónico en la segunda mitad del S. XIX.
  • Analizar la capacidad de articulación de las pedagogías triunfantes y la traducción del pensamiento positivista, principalmente de Comte  Spencer, al discurso escolar.

>> Puiggrós, A (2002). Civilización o barbarie. En ¿Qué pasó en la educación argentina? Breve historia desde la conquista hasta el presente. Buenos Aires, Argentina: Galerna.

Guía de lectura

– Analizar los diferentes posicionamientos políticos e ideológicos que influyeron en el desarrollo del sistema educativo nacional:

  • El conservadurismo liberal porteño representado en el imaginario pedagógico rivadaviano. 
  • El tradicionalismo conservador, el nacionalismo y la exaltación de lo popular expresados en las propuestas educativas de Quiroga y Rosas.
  • El federalismo pedagógico de los caudillos progresistas.
  • El liberalismo de la Generación del 37. 

– Reconocer sus diferencias y sus puntos de contacto.

– Sintetizar la propuesta educativa de Sarmiento haciendo hincapié en sus contradicciones.

-¿Por qué la autora decidió titular a este capítulo «Civilización o barbarie»?, ¿Con qué vinculan esa antinomia?