Damos difusión y compartimos para su descarga gratuita y de libre circulación, el libro digital Contar desde la trinchera, lo que el virus nos legó, compilado por Gustavo Melfi, licenciado en comunicación y docente de nuestra cátedra. Este proyecto parte de un trabajo colectivo realizado por distintos profesionales, docentes y graduados de la UNLP y de otras universidades nacionales.
El mismo nació en el contexto de pandemia y es la concreción de diversos relatos, vivencias y experiencias de los autores en primera persona. Contar desde la trinchera, tiene como objetivo ayudar a visibilizar el trabajo realizado por muchos en distintos ámbitos, es también un aporte para pensar nuevos desafíos en contextos complejos y en comunidad. Comenzando por la educación, pasando por la medicina, la alimentación, los cuidados, el derecho y el arte entre otros, queda plasmado el aporte de más de 25 profesionales a lo largo de cinco momentos en los que se encuentra estructurado el libro.
En palabras del autor:
“Difundir y visibilizar este libro, es parte de compartir aprendizajes, enseñanzas y desafíos que nos ha dejado este momento histórico. Muchos tuvimos que reinventarnos, buscar nuevas y diversas herramientas para seguir desarrollando nuestras actividades, en el aula y en distintos y diversos espacios de enseñanza y laborales. Estas experiencias son las que venimos a compartir tanto en el plano institucional como personal, no queremos ni podemos guardarnos el aprendizaje adquirido, transitado, porque entendemos que la construcción de nuevos horizontes en materia de experiencia educativa siempre es con otros, siempre es colectivo, generando nuevas discusiones y debates que fortalezcan al pensamiento crítico.”
Damos difusión al II Simposio Internacional Literaturas y Conurbanos entre lo local y lo global, organizado por la Universidad Nacional Arturo Jauretche, a realizarse del 6 al 14 de septiembre de 2021 en modalidad virtual por el canal de Youtube del mismo.
Adjuntamos el cronograma completo y compartimos puntualmente el Panel 11, del viernes 10 de septiembre, donde está previsto el abordaje de la temática Arte y de(s)colonialidad y la participación de nuestro profesor titular Juan José Esteves.
En el marco de la unidad 3 de nuestro programa de trabajo, la cátedra invita a estudiantes y docentes del ciclo lectivo 2021 a compartir una charla con Karina Oldani del Colectivo GUIAS. Este encuentro surge como aporte desde un proyecto de adscripción y va en línea con el interés de la cátedra de poner en diálogo voces y debates que trasciendan el aula.
Las/los esperamos en el horario habitual de los teóricos.
A propósito de la temática recordamos el Día de la Mujer Indígena celebrado el 5 de septiembre en conmemoración de Bartolina Sisa, mujer Aymara, que entregara su vida en defensa de su pueblo contra las fuerzas realistas durante la rebelión anticolonial llevada a cabo junto a su esposo, Tupac Katari, en el Alto Perú, actual Bolivia en 1781. Mantuvieron la ciudad en estado de sitio durante 184 días. Bartolina Sisa fue ejecutada el 5 de septiembre de 1782.
Apoyamos la lucha por la erradicación de todas las formas de violencia de las que son víctimas por ser indígenas y por ser mujeres. Solo en Latinoamérica existen alrededor de 522 pueblos indígenas y en total la población sumaría 42 millones de personas. El 59% son mujeres.
Añadimos también, el enlace al documental Bartolina Sisa (2008), dirigido por Demetrio Nina; Ninafilms Cinematografía Boliviana.
Compartimos con ustedes la carta publicada por el CECIM La Plata, este 4 de agosto, de gran importancia respecto de la defensa de la soberanía ante recientes expresiones de personas vinculadas al campo intelectual y político.
En este sentido, recomendamos el audiovisual “En el nombre del litio”, una producción de Calma Cine y Farn. También dejamos el enlace del sitio web, donde encontramos información relevante acerca de esta causa.
Vamos a introducirnos en este encuentro, en la Unidad 2 del programa; la misma lleva por título Las Revoluciones por la independencia en el siglo XIX. De manera particular, nos vamos a referir a uno de los temas de la unidad, como es el pensamiento social y político de Simón Bolívar. La bibliografía para este período de la historia americana es sumamente extensa. Nos limitaremos a indicar algunas lecturas ampliatorias y trabajaremos de manera particular sobre la selección y análisis de fragmentos tomados directamente de los escritos del libertador. Se considera a sus proclamas y documentos, como uno de los pilares del pensamiento latinoamericano, máxime si lo contextualizamos en el período de las guerras por la independencia en América. Su huella indeleble, junto con otros tantos prohombres y pensadores del período, está signada por el sentido y la defensa firme de la libertad de los pueblos y por la afirmación de la identidad americana. Esta noción de libertad y de identidad americana, fue acompañada por la certeza de una acción política que hiciese tangible lo anhelado por los pueblos. En este mismo sentido, se resalta en su concepción la función utópica cumplida por la categoría de integración y unidad de las naciones. (Arpini, 2010:48).
Hallamos en el pensamiento bolivariano, una
perspectiva antropológica fundada en la revalorización del sujeto popular
americano, que inaugura un sentido histórico de futuro novedoso para el clima
de ideas políticas de la época. (Arpini,
2010:48).
Algunos datos sobre el prócer que nos ocupa.
Su nombre completo es Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar, y nació en Caracas el 24 de julio de 1783. Pertenecía al sector social de lo Mantuanos – aquellos cuyas mujeres asistían al oficio religioso con mantillas que cubrían sus cabezas -. Socialmente su familia era descendiente de conquistadores españoles y ocupaban un lugar acomodado económicamente en el conjunto de la estructura colonial. Quedando huérfano a temprana edad, su tutela y formación estuvo en manos de su maestro Simón Rodríguez. Completó su formación en distintos viajes que realizó a Europa, en donde conoce a quien sería su esposa y con quien regresa para afincarse definitivamente en América.
De su primer período de acción política (1790 – 1804), data su vinculación con los sucesos independentista en Haití, y su afinidad en la lucha por la abolición de la esclavitud.
La ruptura con el orden colonial en la región,
llevaba como presupuestos la resolución de temas como la unidad en un solo
mando de lucha de los sectores que mantenían contradicciones con la Corona; la
supresión del diezmo del valor total de las mercancías comercializadas en los
puertos; la abolición de la servidumbre indígena y de la esclavitud.
Algunos fragmentos para analizar del libertador:
En referencia a la reafirmación de la independencia
respecto del poder español, en su acto de juramento en el Monte Sacro, y ante
la presencia de su maestro Simón Rodríguez, proclama:
“¡Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que no haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!”
En el mismo texto citado anteriormente, se ha
interpretado también una autovaloración de lo americano, que pone en quiebre
(Arpini, 2010:50), la propia lógica del discurso opresor europeo:
“Este pueblo (el europeo) ha dado para todo menos para la causa de la humanidad (…) para la emancipación del espíritu, para la extirpación de las preocupaciones, para el enaltecimiento del hombre y para la perfectibilidad definitiva de su razón, bien poco, por no decir nada.” (Juramento de Roma).
“El lazo que la unía a la España está cortado (…) lo que antes la enlazaba hoy la divide; más grande es el odio que nos ha inspirado la península, que el mar que nos separa de ella, menos difícil es unir los dos continentes, que reconciliar los espíritus de ambos países.”
Respecto del reconocimiento del sujeto histórico y su heterogeneidad, va a afirmar en su Discurso de Angostura (1819)que:
“Es imposible asignar con propiedad a que familia humana pertenecemos. La mayor parte del indígena se ha aniquilado, el europeo se ha mezclado con el americano y con el africano, y este se ha mezclado con el indio y con el europeo. Nacidos todos del seno de una misma madre, nuestros padres, diferentes en origen y en sangre, son extranjeros, y todos difieren visiblemente en la epidermis; esta desemejanza trae un relato de la mayor trascendencia.”
También, en el Discurso de Angostura, vuelve
a referirse respecto de lo pernicioso del legado español:
“Uncido el pueblo americano en el triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio no hemos podido adquirir ni saber, ni poder, ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros las lecciones que hemos recibidos y los ejemplos que hemos estudiado son los más destructores.”
En el mismo discurso sentencia ante los
legisladores, la empresa histórica que ante sus manos tienen, y la
responsabilidad histórica de sus deliberaciones, al decir:
“No olvidéis que vais a echar los fundamentos a un pueblo naciente que podrá elevarse a la grandeza que la naturaleza le ha señalado, (…) si no acertáis, la esclavitud será el término de nuestra transformación.”
Una reflexión aparte que haremos en clase, implicaría realizar un balance entre los objetivos propuestos por el programa político bolivariano y los resultados alcanzados en el transcurso de nuestra historia como “Nación Sudamericana” (Astesano, 1986). Más allá de este ejercicio de balance a realizar, la última etapa en la vida de Simón Bolívar, parece anticipar un clima interior respecto de sus propias expectativas:
“De mis veinte años de mando en esta América solo he sacado los siguientes resultados: (…) el que sirve a una revolución ara en el mar; la única cosa que puede hacerse en América es emigrar; (…) devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos; si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, éste sería el último período de la América.” (Carta al general Juan José Flores, noviembre de 1830).
El logro de los objetivos propuestos por Bolívar,
implicaban, como lo afirma en la Carta de Jamaica, la instauración de un
nuevo sistema político que expresase la gesta de emancipación librada por los
pueblos de América:
“Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse.”
Bolívar expresa como construcción futura de américa, el ideario de la Patria Grande, abriendo con ello un destino concreto de realización histórica (no utópica) de un futuro posible. Es desde esta dimensión que deberíamos debatir el presente como un pasado no realizado aún. En este sentido es que se puede afirmar que el discurso bolivariano rompe con los universales ideológicos de Europa. Basta para comprobar lo dicho, lo analizado sobre Hegel en el texto de Alcira Argumedo que trabajamos en el encuentro pasado.
El libro que estamos tomando como referencia para esta presentación Diversidad e integración en Nuestra América de Adriana Arpini y Clara Jalif de Bertanou, formula un interrogante que creo oportuno transcribirlo para un posterior debate áulico:
“¿Cómo asumir en el presente el legado de Bolívar y de otros que como él emprendieron la travesía utópica de construir repúblicas libres? (Arpini, 2010: 56).
El final del Discurso de Angostura quizás nos
oriente desde la interpelación que Bolívar formulara a los legisladores
reunidos …
“Ya la veo sentada sobre el trono de la libertad, empuñando el cetro de la justicia, coronada por la gloria, mostrar al mundo antiguo la majestad del mundo moderno (…)
Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar bajo el imperio de leyes inexorables, la igualdad y la libertad. Señor, empezad vuestras funciones, yo he terminado las mías.”
También José de San Martín, además de su inmensa gesta libertadora de América, sentó bases en la conformación de un pensamiento “Nuestro – americano -.”
Emigró junto a su padre a España, en 1783 a los seis
años de edad. En 1785, ingresó al Seminario de Nobles en Madrid, en donde
recibió una sólida formación en distintas disciplinas. Ante la invasión a
España por parte de Napoleón Bonaparte en 1808, participó de la resistencia del
pueblo español, alistándose como teniente coronel del Regimiento de Caballería
de Borbón. Retorna a la Patria San Martín en el año 1812, en donde por orden
del Triunvirato crea el Regimiento de Granaderos a Caballo. Más tarde en
Mendoza creará el Ejército de los Andes. Fue también activo instigador de la
Logia Lautaro cuya finalidad era el trabajo en pos de la independencia
americana.
Si bien tanto Bolívar como San Martín fueron
depositarios de una formación teórica encuadrada en la Ilustración de su época,
supieron ambos marcar una alteridad diferenciadora basada en el rescate y la
reivindicación del “ser americano.”
San Martín además de su genio militar puesto al servicio de la causa americana, como lo demostrado en Chile y en el Perú, sintetizó en su pensamiento y discurso los valores de la libertad y los principios morales como garantes de la unidad y emancipación de los pueblos. Víctima de la incomprensión por parte de las élites gobernantes de Buenos Aires, partirá hacia su exilio en Francia en el año 1824. Previamente en Guayaquil, el 26 y 27 de agosto del 1822, tuvo el encuentro a puertas cerradas con Simón Bolívar, con quien analiza los destinos de la Revolución en América.
La historiografía cita pasajes del decir y del
pensar sanmartiniano, que forman parte ya del acervo de ideas latinoamericanas.
En su proclama ante el Ejército de los Andes, en Mendoza, en el año 1819
afirma:
“Seamos libres y lo demás no importa nada. Yo y vuestros oficiales daremos el ejemplo en las privaciones y los trabajos. La muerte es mejor que ser esclavos de los maturrangos.”
En carta a Estanislao López, en el año 1819,
expresaba:
“Unámonos, paisano mío, para batir a los maturrangos que nos amenazan: divididos seremos esclavos, unidos estoy seguro que los batiremos. Hagamos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares y concluyamos nuestra obra con honor (…) El verdadero patriotismo, en mi opinión, consiste en hacer sacrificios; hagámoslos y la patria sin duda alguna es libre, de lo contrario seremos amarrados al carro de la esclavitud.”
En su Proclama a los habitantes de las provincias
del Río de la Plata, fechada en la ciudad de Valparaíso, el 22 de julio de
1820, San Martín da cuenta de la campaña de desprestigio llevada adelante por
sectores de Buenos Aires que querían sumar sus milicias en luchas internas de
orden político:
“Compatriotas: yo os digo con el profundo sentimiento que causa la perspectiva de vuestras desgracias; vosotros me habéis acriminado aun de no haber contribuido a aumentarlas, porque este habría sido el resultado si yo hubiera tomado una parte activa en la guerra contra los federalistas: mi ejército era el único que conservaba su moral, y me exponía a perderla abriendo una campaña en que el ejemplo de la licencia ahumase mis tropas contra el orden. En tal caso era preciso renunciar a la empresa de liberar a Perú, y suponiendo que la de las armas me hubiera sido favorable en la guerra civil, yo habría tenido que llorar la victoria con los mismos vencidos. No, el general San Martín jamás derramará la sangre de sus compatriotas, y solo desenvainará la espada contra los enemigos de la independencia de Sudamérica.”
Las vidas y gestas por la independencia de José de
San Martín y de Simón Bolívar, fueron motivo de inspiración del gran poeta
cubano José Martí. Este poeta y héroe de la independencia cubana definió a los
americanos como “los hijos de la espada” (Martí, 1961:24).
En referencia a Simón Bolívar, proyecta su figura
más allá de la muerte cuando exclama:
“¡Pero así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo, sentado aún en la roca de crear, con el Inca al lado y el haz de banderas a sus pies; así está él, calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía!” (Martí, 1961:24)
Vemos en el rescate de Martí, no a un Bolívar
derrotado en su utopía, sino a través de él, a un pueblo que retoma su tarea
inconclusa en América. Inaugura el pensamiento bolivariano el ideario de un
programa político de unidad continental.
Completa Martí la semblanza del héroe americano con
la siguiente descripción:
“… por los rincones todos de la tierra, los americanos están peleando por la libertad. Unos cabalgan por el llano y caen al choque enemigo como luces que se apagan en el montón de sus monturas; otros rienda al diente, nadan, con la banderola a flor de agua, por el río crecido; otros, como selva que echa a andar, vienen costilla a costilla, con las lanzas por sobre las cabezas, otros trepan un volcán, y le clavan en el belfo encendido la bandera libertadora. Pero ninguno es más bello que un hombre de frente montuosa, de mirada que le ha comido el rostro, de capa que le aletea sobre el potro volador, de busto inmóvil en la lluvia de fuego o la tormenta, de espada a cuya luz vencen cinco naciones.”
Visto este período de las luchas por la
independencia americana durante el siglo XIX, sus batallas y procesos, fueron
momentos en los cuales los americanos desafiaron la autoridad del gobierno
central de España, proclamando sus derechos en el gobierno de sus propios
asuntos públicos. Fue el nacimiento de los actuales Estados Nacionales en el
sur continental, y se trató sin lugar a dudas de un proceso complejo de avances
y retrocesos. Basta considerar en el caso del Río de la Plata, las posiciones
encontradas frente a los sucesos revolucionarios de 1810, y el tiempo
transcurrido en la suma de voluntades políticas que determinaron la
proclamación de nuestra independencia en el año 1816.
De manera concomitante, España sufrió el desgaste
producto de la guerra contra Francia tras la invasión de Napoleón a la
Península Ibérica. Luego del desplazamiento de los Borbones, y más allá de la
restitución a la corona de Fernando VII en 1814, el vínculo entre América y la
metrópoli, ya no volverá a ser reestablecido. San Martín ingresa en Chile en
1817, e invade la costa del Perú en 1820. Desde el norte, Bolívar funda la
República de Colombia en 1819. Luego del encuentro de Guayaquil entre los dos
libertadores, Bolívar consolida la gesta americana imponiendo su control político
en Bolivia (1825) y en el Perú (1826). Para el año 1822, Nueva España se
conformará como la nueva República de México. Los márgenes de la Revolución
Americana se ampliaban al costo de inmensos sacrificios humanos y económicos.
Los estudios americanos son coincidentes en sus
análisis al señalar que en el proceso de la caída de la Corona Española y el
surgimiento de las nuevas nacionalidades convergen distintos factores: el
surgimiento de los nuevos imperialismos; el fortalecimiento de la identidad americana;
el fuerte sesgo patriótico de los pueblos involucrados en las luchas; las
nuevas ideas iluministas y las contradicciones de sectores al interior de la
sociedad colonial. (Mc. Farlane, 2009:34)
Prof. Juan José Esteves.
Finalmente, les encomendamos la visita, dentro de este blog, a los siguientes «bloques de contenidos» de Bolívar y Martí, pertenecientes a la unidad que dimos inicio en esta guía de encuentro; a fin de realizar las lecturas y el visionado de los audiovisuales. También compartimos, de forma gráfica y a modo de devolución, algunos de los conceptos por ustedes propuestos en las últimas clases teóricas.
Arpini, Adriana y Jalif de Bertanou, Clara (directoras); Diversidad e integración en Nuestra América. Buenos Aires, Biblos, 2010.
Astesano, Eduardo; La Nación Sudamericana. Indianidad, Negritud, Latinidad. Buenos Aires, Temática, 1986.
Bolívar, Simón; Carta de Jamaica (citado en el programa de la asignatura).
Bolívar, Simón; Discurso de Angostura (citado en el programa de la asignatura)
Jacobsen, Alfredo, “Bolívar, Martí y Nuestra América”, en: VVAA; La Patria es América. CABA, Ediciones Madres de Plaza de Mayo,2011.
Martí, José; Bolívar, Washington, San Martín y otros temas. La Habana, Mirador, 1961.
McFarlane, Anthony; “La caída de la monarquía española y la independencia hispanoamericana.”, en: Palacio, Marco (coordinador); Las independencias hispanoamericanas. Interpretaciones 200 años después. Bogotá; Norma, 2009.