Ser alumno hoy, docente mañana – Parte 2


  Manuela Orbe, Guadalupe Orgeira, Marí­a Laura Palladino, María Paula Saba y Lautaro Veloz

Hay una gran diferencia en el recorrido de un estudiante de una carrera disciplinar en comparación con un estudiante de una carrera docente. La recepción de conocimientos va más allá de la disciplina, para abarcar otros dos ejes: la formación didáctica y la experiencia que absorbe de sus propios docentes. La formación didáctica, que incluye tanto las materias del bloque pedagógico como las prácticas docentes, es sumamente enriquecedora en el ámbito personal y profesional del docente en formación porque nos permite abordar nuestro futuro trabajo de una forma más consciente y autónoma. Por otro lado, un alumno que elige una carrera docente aprende y reconstruye su identidad docente al mismo tiempo que ve a sus propios profesores exponer y enseñar en sus clases. De este modo, discierne qué estrategias pedagógicas va a aplicar a futuro y cuáles no.

A lo largo de nuestra formación universitaria, aprendemos a formarnos como futuros/presentes docentes críticos en nuestra tarea de transmitir conocimiento a través de la interacción constante con nuestros alumnos. La comunicación/diálogo con el alumno, en el mejor de los casos, puede estar mediada y enriquecida por la tecnología. Sin embargo, no tenemos que olvidarnos que en la relación que entablamos con nuestros estudiantes está en juego nuestro componente humano. Debemos tener en cuenta la importancia que tiene el hecho de trabajar con personas. Para ello, entre otras cosas, tomamos de nuestros profesores lo que nos resulta útil. Ellos no solamente nos comparten su experiencia e idoneidad en sus disciplinas sino que también nos transmiten valores humanos. Pararse frente a un aula es una labor que requiere responsabilidad absoluta a la hora de enseñar contenidos correspondientes a la materia, pero también valores. En pocas palabras, un docente cumple un rol esencial en el desarrollo académico y personal del alumno. Para ello debemos atravesar nuestra formación académica reflexionando sobre nuestro deber en el aula teniendo presente el funcionamiento del sistema educativo en el que nos toca desempeñarnos.

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