Cuando baja la marea


Por María Jimena Ponz

“La colaboración entre docentes ha sido uno de los principales aliados para hacer frente al cierre de escuelas.” (British Council, 2001)

La pandemia nos ha empujado a escenarios desconocidos por muchos y nos hemos visto en situaciones que parecían imposibles de imaginar.

En Argentina, la emergencia sanitaria logró evidenciar desigualdades no sólo en relación a las posibilidades que distintas instituciones educativas han podido ofrecer a sus alumnos, sino también en las posibilidades de cada uno de los alumnos para dar continuidad a su trayectoria escolar. Y mediando entre las instituciones y el alumnado, quedamos nosotros, los docentes.

Hasta ese momento el uso de la tecnología en las clases dependía en gran medida de la voluntad del docente a cargo para incluirla o integrarla en sus prácticas presenciales y era considerado un complemento de la educación presencial. Este empujón hacia lo desconocido obligó a aquellos que se resistían al cambio a tomar el toro por las astas y enfrentar sus miedos y limitaciones para poder educar a la distancia. 

Cargamos en nuestros hombros la ardua tarea de intentar mantener la atención y el compromiso de nuestros estudiantes, de contenerlos emocionalmente y de lograr generar instancias de enseñanza y aprendizaje de calidad, sorteando problemas de infraestructura, conectividad y alfabetización digital.

Independientemente del éxito que tuvo cada uno en alcanzar esos objetivos, logramos unirnos cada vez más como comunidad, cada uno dentro de los diversos grupos de trabajo a los que pertenecía y entre colegas de otras instituciones, a través de redes sociales y de comunidades de práctica virtual como la nuestra.

El compañerismo, la generosidad y la solidaridad entre pares, la creatividad y el trabajo colaborativo fueron cruciales para generar nuevas ideas, nuevos recursos, nuevas maneras de afrontar esta situación para la cual la mayoría no estaba preparado. Fue una prueba irrefutable de la eficacia del trabajo en equipo, de aprender de otros y con otros, de aprender haciendo.

Hoy más que nunca comprendemos y valoramos la importancia de contar con espacios de intercambio como Docentes en línea.

Uno de los aspectos positivos de la pandemia es que ésta ha generado un cambio disruptivo en las metodologías de enseñanza y aprendizaje al incorporar forzosamente la tecnología, y varios de estos cambios llegaron para quedarse.

Es por eso que continuando con nuestra misión de ayudarnos y aprender entre todos les preguntamos:

¿Qué innovación incorporada a sus prácticas educativas durante la pandemia mantienen al día de hoy? Esperamos sus aportes en los comentarios.

Referencias:

Anderete Schwal, M. (2022) El confinamiento y la vuelta a clases en Argentina: relatos de docentes sobre la desigualdad en pandemia. Texto livre, vol. 15, e38009. Universidade Federal de Minas Gerais. Disponible en: https://www.redalyc.org/journal/5771/577170677020/html/

De Giusti, A. (2021) Reflexiones sobre Educación y Tecnología Post-Pandemia. Revista Iberoamericana de Tecnología en Educación y Educación en Tecnología, n. 28, e1, abr. 2021. DOI: 10.24215/18509959.28.e1. Disponible en: https://teyet-revista.info.unlp.edu.ar/TEyET/article/view/1659.

UNICEF (2021). Encuesta de Percepción y Actitudes de la Población. Impacto de la pandemia COVID-19 en las familias con niñas, niños y adolescentes. Quinta Ronda. Informe de resultados. Noviembre 2021. Disponible en: https://www. unicef.org/argentina/publicaciones-ydatos/5ta-encuesta-rapida-covid British Council y Fundación Varkey. (2001) “Investigación y Análisis acerca del cierre de las escuelas en América – 2020”. Reporte final.Disponible en: https://drive.google.com/file/d/1wpc6QQxhcQXDMnPJSmKnULYm1oT_VLqU/view

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