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La importancia de publicar artículos científicos – Parte 2

Características de una buena publicación científica. Contenidos.

Por Silvia C. Enríquez

Veamos, siguiendo con ya tratado en la parte 1, lo dicho por el Dr. Moravec en la charla de noviembre de 2023, complementado con más información sobre cada aspecto del tema. Si bien On the Horizon es una revista sobre educación, las ideas básicas expuestas ese día se aplican también a cualquier otra disciplina y enumeran los requisitos habituales de una editorial u otras organizaciones que puedan publicar nuestros artículos. Continuamos dirigiéndonos también a quienes tengan interés en iniciar el apasionante camino de investigar y producir nuevos conocimientos sobre la base de nuestra formación profesional y experiencia práctica. 

Originalidad y relevancia del trabajo

Aunque resulte evidente, es necesario recordar que ningún aspecto de un artículo científico es más importante que la calidad de su contenido. Nuestros artículos deben representar un aporte actualizado, innovador (es decir, que brinde información nueva y no se limite a repetir lo ya sabido) y creativo, además de ir más allá de las ideas preconcebidas. Solo un texto de estas características será de interés para la comunidad científica. Sin embargo, no solo un aporte de gran envergadura es válido. También las contribuciones más acotadas sobre aspectos específicos de un tema pueden sumar conocimientos relevantes a una disciplina y, para ser realistas, son las que están más al alcance de las posibilidades de quienes están dando sus primeros pasos. 

Rigor metodológico y validez de los resultados

El rigor metodológico puede definirse como el tratamiento de la información que garantiza, en la mayor medida posible, su credibilidad, la posibilidad de su comprobación y su replicabilidad. Este criterio también se aplica al conocimiento y empleo de las técnicas o instrumentos de análisis que resulten necesarios (tales como herramientas para diseño de encuestas o procedimientos ya existentes para analizar datos). El objetivo final es, siempre, reducir al mínimo la posibilidad de errores, omisiones o sesgos que puedan interpretarse como subjetivos o carentes de fundamento científico. Nuestros resultados se considerarán válidos (y sólidos) solo si nuestro artículo expone de qué modo se buscó garantizar ese rigor.

Lo dicho más arriba deja claro que es imprescindible conocer a fondo el marco teórico de cualquier tema que queramos tratar. Esto implica que escribir nuestro primer artículo puede ser una tarea de largo plazo, que solo se puede encarar después de un indispensable período de estudio que resulta fundamental para la solidez de sus contenidos. En efecto, ignorar en parte o en todo el estado del arte del tema elegido significará que nuestras conclusiones carecerán de fundamento suficiente, y no serán aceptadas por la comunidad académica o profesional a la que nos dirigimos. Para lograr esta solidez deberemos, en primer lugar, aprender o mejorar nuestra habilidad de hacer búsquedas bibliográficas en línea. Es también importante conocer los sitios web y las redes sociales académicas desde los que podremos descargar artículos o libros completos de nuestra disciplina.  Además, por supuesto, de las bibliotecas en las que encontraremos la gran cantidad de bibliografía que no está digitalizada.

En este sentido, no está de más recordar que el potencial público lector de nuestros trabajos está compuesto de colegas que conocen nuestra disciplina y, en muchos casos, también tienen mayores conocimientos que nosotros sobre el tema que tratamos, razón por la cual podrán reconocer fácilmente nuestras debilidades u omisiones, pero también nuestros aciertos.

Como lo dicho anteriormente podría resultar desalentador por el volumen de trabajo que implica, me gustaría resaltar el lado positivo de esta necesaria adquisición de conocimientos: una vez sentadas las bases para saber que dominamos los aspectos centrales de nuestro tema, actualizarse se vuelve más sencillo. Y, sobre todo, este aprendizaje nos permite tener un panorama más claro de nuestras posibilidades de desarrollo futuro en este apasionante trabajo, que puede ser fructífero durante muchos años.

En la parte 3 trataremos el resto de las características que hacen que un texto académico sea considerado apto para su publicación.

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