Entrevista a Sandra Katz, a partir de preguntas realizadas por Carlos Dileo

¿Qué significado tiene para vos formar parte de la Dirección de Inclusión, Discapacidad y Derechos Humanos de la UNLP?

Para mi ser parte de la Dirección de Inclusión, Discapacidad y Derechos Humanos, dependiente de la Prosecretaría de Derechos Humanos de la Universidad Nacional de La Plata, es un compromiso social y político. Un orgullo como egresada de una universidad pública. Una apuesta colectiva para transformar ciertas prácticas naturalizadas para dar lugar a que cualquiera que quiera venir a la Universidad ya sea como estudiante, como docente y/o trabajador con discapacidad pueda hacerlo, pero esto implica un compromiso de varios sectores. Creo que junto a mi equipo logramos visibilizar la temática de la discapacidad y hacernos eco de cada reclamo, de cada necesidad para llevar la bandera y hacer escuchar la voz de aquellos que no tienen voz para generarle las condiciones, los apoyos y las políticas necesarias para construir una Universidad accesible.

Mi desafío está dado en seguir construyendo un equipo interdisciplinario con compromiso ético a fin de poder encontrar los caminos y estrategias para generar las políticas necesarias en diálogo con los actores involucrados.  Y que la temática de la discapacidad / accesibilidad logre transversalizarse para que en cada área, y en algunas cátedras, se tome como tema.

Nuestra postura es acompañar y dialogar para revisar qué habría que modificar y/o incorporar para que la discapacidad / accesibilidad este presente.

¿Qué balance podés hacer sobre el último año de trabajo en la UNLP? (refiriéndose al año 2019)

El balance es muy positivo, pero no estamos aún conformes. Como producto de dicho trabajo vamos viendo que cada vez se inscriben más estudiantes que se autodeclaran en situación de discapacidad, este año se anotaron 1023. Un área en la cual hemos avanzado es con la población Sorda, un curso que estamos dictando sobre el español escrito dirigido prioritariamente para los estudiantes sordos universitarios, se acercaron varias personas sordas de la comunidad que pidieron hacer el curso.

Otro indicador de crecimiento es que cada vez más nos solicitan la presencia de Interpretes de Lengua de Señas en actividades que antes no contaban, por ejemplo en congresos, charlas, visitas guiadas, reuniones, etc.

Otro aspecto que nos parece muy importante es que, mientras durante varios años, fuimos nosotros quienes buscábamos dialogar y llevar la necesidad de trabajar sobre la temática de la discapacidad / accesibilidad, hoy son muchos quienes se acercan a plantearnos el interés de trabajar juntos o pidiendo asesoramiento para poder relevar si sus prácticas y espacios son accesibles. Este año se incorporó un curso de Braille para los no docentes y los trabajos finales tuvieron que ver con la realización de mapas hápticos, el menú del comedor universitario, información de las bibliotecas, etc. en Braille, generando mucho interés para que se vuelva a realizar.  Lo mismo nos pasa con un seminario – Discapacidad: un enfoque interdisciplinario- que se dicta desde hace varios años y es abierto a la comunidad. Otro aspecto importante es que este año dos nuevas Facultades crearon áreas de discapacidad, es decir que ya son trece de 17 Facultades que tienen áreas específicas que institucionalizaron la temática.

 ¿Qué falta por hacer en materia de inclusión? ¿Qué desafíos tienen para el futuro?

Creemos que no aun no son accesibles todas las áreas, ni el transporte que garantiza que, en la cadena de accesibilidad, todos puedan ingresar y permanecer en forma segura y autónoma. Todavía no son accesibles todas las páginas web de la UNLP.

Muchos docentes refieren no tener herramientas y esto implica un trabajo lento para poder llegar a anticipar situaciones. Las bibliotecas aun no tienen todo el material en formato accesible, por lo general se trabaja a demanda. solo en algunas facultades se tiene el material accesible. Tenemos pendiente el avance para la inclusión laboral de las personas con discapacidad. La curricularización de la temática discapacidad / accesibilidad es un trabajo que muy lentamente lo venimos trabajando, pero hay muchas áreas que todavía no lo trabajan. Creemos que mucha gente no conoce los derechos de las personas con discapacidad y esto nos preocupa ya que genera situaciones discriminatorias. Pero en un contexto de una universidad tan compleja, entendemos que vamos por el camino correcto.

En relación a la integración de la discapacidad en el ámbito universitario, ¿cómo ves la situación a nivel nacional?

A nivel Nacional existe la Red Interuniversitaria de Discapacidad (RID) perteneciente desde hace dos años a la Comisión de Extensión, Bienestar Universitario y Vinculación Territorial del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), tenemos una historia de más de 20 años, donde estamos nucleadas todas las universidades públicas del País. Contamos con un programa integral de accesibilidad. El mismo refiere a tres componentes: el primer eje de Accesibilidad Física, el segundo eje de Accesibilidad Comunicacional y Equipamiento Educativo y el tercer eje de Accesibilidad Académica y Capacitación a la Comunidad Universitaria.

En los últimos años vivimos en un retroceso a cuanto políticas y presupuesto lo que implicó falta de recursos para la garantiza de apoyos a los estudiantes con discapacidad.

Los integrantes de la RID hemos logrado consolidarnos y generar las condiciones para que cada universidad pueda propiciar políticas institucionales que trabajen por la defensa de los derechos de las personas con discapacidad. En las últimas gestiones logramos sistematizar varios ejes en relación a políticas, a docencia, extensión e investigación, bibliotecas y población con personas sordas, etc. de más de 30 universidades nacionales, esto se compiló y será próximamente la segunda publicación que realizamos en formato accesible. Realizamos encuentros nacionales cada dos años.

También existe una Red Interuniversitaria Latinoamericana y del Caribe sobre Discapacidad y Derechos Humanos, donde trabajamos en forma articulada universidades de 14 países, en estos últimos años nueve países cuentan con redes nacionales. Ante este panorama, Argentina tiene un formato que ante todo defiende el postulado de la CRES 2018, que la Educación Superior es un bien público social, un derecho humano universal y un deber del estado.

Tanto a nivel nacional como latinoamericano propiciamos generar un espacio político para la elaboración de estrategias que permitan el cumplimiento de los derechos fundamentales de las personas con discapacidad y contribuir a la transformación de Universidades accesibles y no excluyentes. Hemos recorrido un camino de construcción colectiva junto a la RELPI, red de estudiantes latinoamericanos por la Inclusión.  

Entendemos que cada espacio que se logra institucionalizar en cada universidad permite reflexionar, debatir, compartir experiencias y producir conocimiento, para dar respuesta a la producción de accesibilidad con perspectiva de discapacidad y derechos humanos en y desde las Universidades.

Comparto un texto de la declaración de Paraná realizado en el año 2013 que refleja algo de nuestro accionar: “Llamamos imperativamente a que las universidades den cumplimiento efectivo a los compromisos asumidos con el objeto de modificar el sentido homogeneizante de la institución universitaria lo cual supone cuestionar los modos únicos y rígidos de vincularse con el conocimiento y de acreditarlo. La accesibilidad académica es una responsabilidad histórica y un compromiso jurídico y ético que no debe depender de voluntades ni de decisiones personales y/o individuales de los miembros de la comunidad universitaria”.

(Entrevista realizada en Agosto 2019)
Este documento se publica bajo una licencia 
 

 

 

 

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