Atención Farmacéutica: ¿Hacia dónde vamos?

Por: Angelique Gianivelle Bigeón

A lo largo de nuestra carrera de grado y profesional, los farmacéuticos adquirimos conocimientos y aptitudes (tanto teóricos como prácticos) que nos califican para el desarrollo de un ejercicio de nivel y calidad. Como conocedores de los medicamentos, desde su etapa de investigación y desarrollo hasta su post comercialización, estamos capacitados para la resolución de cualquier inquietud que presenten los pacientes al respecto de su terapéutica. Por ejemplo, contamos con conocimientos relativos a todas las áreas de desarrollo profesional (farmacia industrial, hospitalaria, comunitaria, investigación y docencia) y con la ventaja de adquirir experiencia práctica a través de las Prácticas Farmacéuticas.

En el contexto actual, existe la necesidad de realizar un cambio de paradigma. El enfoque debe centrarse en las necesidades del paciente antes que en el medicamento como producto comercial, tal y como lo plantea el desarrollo de la Farmacia Clínica. El farmacéutico posee, por lo mencionado anteriormente, autoridad para involucrarse en el camino del paciente hacia el logro de su mayor bienestar posible, convirtiéndose en su guía. De hecho, es nuestra responsabilidad intervenir, informando, previniendo y solucionando los posibles problemas relacionados a los medicamentos (PRM) que puedan surgir en el marco de una terapia farmacológica. De esto se trata la Atención Farmacéutica. Ejerciéndola, no sólo nos acercarnos a la comunidad y afianzamos nuestro rol como profesionales de la salud, sino que también fomentamos el trabajo interdisciplinario con otros profesionales (médicos, odontólogos, técnicos y enfermeros).

Desde esta perspectiva, se han elaborado estrategias a partir de la farmacia comunitaria. Alrededor los años ’90, se han llevado a cabo en Europa algunos estudios de intervención farmacéutica con el objetivo de probar su efecto en determinadas situaciones. Particularmente, en Holanda se trabajó con pacientes ancianos polimedicados, trabajo que fue descrito por Foppe van Mil, farmacéutico e investigador neerlandés, líder global en Atención Farmacéutica, en su tesis doctoral.

Tomando estos trabajos como referencia a nivel mundial, y en una coyuntura de acceso limitado a la atención médica (debido, en parte a la situación de pandemia mundial que hemos atravesado durante el año 2020, y en parte a las dificultades que se presentan a la hora de obtener una cita y a la situación socioeconómica del país), resulta de interés el ofrecimiento de este servicio como un medio de afianzar la relación con los pacientes y la mirada de la farmacia oficinal (y, por ende, del farmacéutico) como una fuente confiable de información. Otorgar el carácter asistencial a nuestro lugar de trabajo debe ser nuestro norte para los años venideros.

La posibilidad de ejercer estas tareas existe, sólo es necesario hacerse el tiempo para realizarlas, ganarse la confianza del paciente a través de nuestros saberes y ofrecerles la ayuda necesaria para la consecución de sus objetivos mediante un seguimiento farmacoterapéutico efectivo.

Éste se puede realizar a través de un análisis situacional y entrevistas personalizadas, que involucren la elaboración y la evaluación de un perfil farmacoterapéutico, de los efectos indeseables de cada uno de los medicamentos en las dosis administradas y de sus posibles interacciones. También el estudio de la posibilidad de la existencia de una pérdida de efectividad y la detección e identificación de los PRM y de los problemas relacionados con los hábitos (PRH).

Después de realizar un análisis individual de cada uno de los casos clínicos, se informa una resolución a cada paciente mediante una segunda comunicación en la que también se establecen las pautas para alcanzar los objetivos terapéuticos, resolver los problemas existentes y prevenirlos en un futuro. Finalmente, se realiza la evaluación del seguimiento, registrando la evolución del paciente y su progresión hacia el logro de sus objetivos.

Tenemos las herramientas tanto intelectuales como tecnológicas para llevar a cabo esta tarea, y la posibilidad de acercarnos a todo aquel que solicite todos los servicios que podemos brindarles. Las nuevas oportunidades son una realidad y es posible navegar en ellas con un buen viento a favor. La clave está en observar, escuchar y accionar. Es momento de imbuirnos en este desafío y tomar las riendas con miras hacia el futuro que ya nos está alcanzando.

Nota sobre la autora: Estudiante del último año de la Carrera de Farmacia. Facultad de Ciencias Exactas. Universidad Nacional de La Plata.

¿Qué es un Servicio Personalizado de Dosificación?

Dos de los problemas más relevantes a los que se enfrenta el sistema sanitario son los errores que se producen en la toma de los medicamentos y la falta de adherencia de los pacientes a los tratamientos. Estos problemas suelen observarse con mayor frecuencia entre una población envejecida que presentan una pluripatología y además se encuentran polimedicados. Ambos problemas suelen llevar asociados complicaciones de salud añadidas que pueden ser de gravedad.

El Sistema Personalizado de Dosificación (SPD) es uno de los servicios asistenciales que puede ofrecer la farmacia comunitaria presentándose como un nuevo servicio que se preste a los pacientes.

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